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Increíble el sonido, la euforia y la entrega en escena, sobre todo puedo quedar conforme y pasar por alto el malestar de las primeras horas en donde tuve que aguantar las incomodidades de un grupo de flaites dando vueltas y pateando a la gente que asistía tranquilamente a ver el espectáculo. Son los mismos desadaptados que 'luchan' por la causa mapuche o por tanta causa que signifique ir en contra de lo que sea, acusando la brutalidad de los pacos o de la represión militar... Me pregunto si se dan cuenta que ellos están siendo iguales o peores que a quienes acusan. O sea, ocupan el espacio del resto a la fuerza, intimidan, golpean y amenazan cuando están en grupo, suena muy parecido a lo que ellos mismos rechazan.
Ni siquiera disfrutan de la música o del espectáculo porque ellos dan un show aparte. Pero bueno, son costos que a esta altura del partido hay que asumir y resignarse porque lamentablemente coincidimos en estos placeres musicales como lo son las bandas de rock. Y VAYA QUÉ BANDAS! Ya me sucedió algo parecido cuando fui a ver a Ozzy o Pearl Jam, momentos en los que prometí no volver jamás a cancha, pero que rápidamente olvidé, jaja.
De todos modos disfruté saltando junto con la masa (si alguien se queda sin saltar es más probable que sufra más por los pisotones) y dejándome llevar por la corriente humana mientras sonaban esos acordes mágicos y escuchábamos la inconfundible voz de Mike. Qué gratos momentos la verdad.
Ahora me preparo para otra presentación de otra gran banda y espero disfrutar su sonido y recordar aquellos pasajes de la adolescencia cuando descubría a unos rockeros de color.
Creo que iré con mi polera de Faith No More.. no creo que desentone :)
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