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...En fin, yo me emocioné con mis sobrinos, al ver sus caritas de desagrado o de concentración, e incluso las de vergüenza... Yo no lo habría hecho mejor tal vez, jaja.
Me sentí orgulloso de pertenecer a esta cultura, de tener un legado tan lindo y que es poco explotado. De ver bailes tan variados, costumbres ajenas, pero que me pertenecen y me ligan a un pueblo que por estos días trata de salir de la rutina y jugar a ser patriotas. Pero lo que más me gusta es tener la familia de la que soy parte y poder sentir estas alegrías, al menos una vez al año y llegar a empapar mis ojos al sentir mi himno nacional. Obvio que lo canté y que recordé inmediatamente mi pasado por el servicio militar, donde los conceptos de patria y amor a la bandera son inyectados día a día.
Me gusta mi país y no quiero dejar que mueran sus raíces. Me he dado cuenta que las cosas que me emocionan son las que cuentan y son las que defenderé en cada uno de mis actos.
Ufff, han sido días muy intensos en donde la reflexión es una constante. Creo que me detuve un ratito a sentir mi presente y apreciar cada instante que pasa ante mis sentidos.
VIVA CHILE MIERDA!!!
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