Y, por el contrario, cuando notamos que hemos hecho algo bien, podemos considerar que hay algo especialmente bueno en nosotros: somos inteligentes, somos rápidos para entender; o quizás podemos considerar que hay algo que está bien en el mundo: lo que hicimos es fácil o simple. Atributos positivos.
En ambos casos olvidamos a nuestros profesores y los procesos de aprendizaje en los que nos moldeamos y que produjeron nuestras habilidades. Olvidamos al profesor que nos creó un buen ánimo para aprender un ramo, al profesor de mala calidad que no nos enseñó bien a dibujar; nos olvidamos de las tareas escolares no hechas y quizás copiadas a la carrera; nos olvidamos de las horas trabajando con un instrumento musical.
Pensemos en habilidades tales como el liderazgo, la creatividad, la empatía, la capacidad comunicativa. Entonces si estamos seguros que son atributos carentes en nosotros o dificultades constitutivas del mundo. Y entonces si que los que tienen este tipo de habilidades sacan patente de genios o de personas muy bien dotadas. Normalmente olvidamos la escasez de profesores o formadores en estas habilidades y la ausencia de procesos formativos dedicados a ellas.
Tratar las evaluaciones que hacemos de nosotros mismos y del mundo a nuestro alrededor, las que sólo son reflejo de las habilidades que hemos o no aprendido, como si fueran afirmaciones que se refieren a atributos que nos faltan a nosotros mismos o al mundo, está en la raiz de la resignación humana.
Y eso nos hace malos aprendedores. Y, si aplicamos a las demás personas el mismo principio, no podremos enseñar. Si las personas somos una colección de capacidades o incapacidades, no hay nada más que hacer."
Pensemos en habilidades tales como el liderazgo, la creatividad, la empatía, la capacidad comunicativa. Entonces si estamos seguros que son atributos carentes en nosotros o dificultades constitutivas del mundo. Y entonces si que los que tienen este tipo de habilidades sacan patente de genios o de personas muy bien dotadas. Normalmente olvidamos la escasez de profesores o formadores en estas habilidades y la ausencia de procesos formativos dedicados a ellas.
Tratar las evaluaciones que hacemos de nosotros mismos y del mundo a nuestro alrededor, las que sólo son reflejo de las habilidades que hemos o no aprendido, como si fueran afirmaciones que se refieren a atributos que nos faltan a nosotros mismos o al mundo, está en la raiz de la resignación humana.
Y eso nos hace malos aprendedores. Y, si aplicamos a las demás personas el mismo principio, no podremos enseñar. Si las personas somos una colección de capacidades o incapacidades, no hay nada más que hacer."
2 comentarios:
Hey!!!
que buen post!...te recomiendo que leas "El Árbol del Conocimiento" de Maturana y Varela (1984), en especial el capitulo: fenómeno del conocer y autopoiesis…es muy interesante para entender como percibimos el mundo alrededor nuestro y como el entorno gatilla cambios en el camino del conocimiento.
Bye
Laaarnaaaa!!! gracias por el dato.
Hoy a la once, comentábamos con mi familia acerca de las habilidades masculinas versus las femeninas, específicamente en el tema de la conducción de un automóvil. Curiosamente llegaron a la conclusión que los hombres tenemos más facilidad para manejar (muchas mujeres hacen el curso de manejo 2 o más veces antes de dar el exámen), y que podía tener relación con la cercanía de nosotros con los autos desde niños; en cambio las mujeres tienen tanta facilidad para mudar bebés y que puede relacionarse con los juegos de niñas... o sea, distintos aprendizajes en la infancia, distintas habilidades cuando grandes...
Si me leyera Maturana quizás qué diría :)
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