Me encuentro a menos de dos días de comenzar mi nueva experiencia como ayudante en la escuela de Diseño y Empresa de la Universidad San Sebastián.
Cómo me siento? Bueno, bastante tranquilo por un lado ya que el profesor titular es en primer lugar, una excelente persona y un notable profesional. Es un fanático de la geometría y un experto en temas de estructuras (es arquitecto a todo esto), con varias publicaciones nacionales e internacionales; y le encanta la docencia y compartir sus experiencias y conocimientos.
Hemos conversado en estos meses de verano y ya puedo ver que hay grandes oportunidades para el intercambio de ideas, lo cual es lo necesario para lograr complementarnos y que espero se vea reflejado en nuestros alumnos.
A decir verdad, esa es una de las variables que intervienen en la sensación del mundo que estoy conociendo, pero es muy importante para poder afrontar los desafíos que se nos imponen desde la directiva de la carrera. De ahí surgen otras emociones, ya que fue justamente ayer lunes que fui a la primera reunión con los académicos de la carrera más su director (Rodrigo Walker).
Lo primero que me impactó fue la heterogeneidad de profesionales que tendré como 'colegas', ya sea por las diversas profesiones (ingeniero comercial, arquitectos, diseñadores industriales, de vestuario; ingeniero civil, biólogo, un ex miembro del ballet municipal, entre otros); y por otro lado, y tal vez el más importante, es que la formación de los nuevos diseñadores de esta escuela está centrada en el desarrollo de productos REALES, comercializables, realizables por nuestras Pymes y grandes empresas, y desde el segundo semestre de formación.
¿Cómo se pretende lograr esto que ninguna otra escuela a nivel nacional ha querido o logrado implantar? Bueno, en gran medida será en base a la innovación en cuanto a su plan de estudio, el cual se enfoca en un único proyecto por semestre (dependiendo del grado de dificultad).
Existen dos grandes 'asignaturas' que van a concentrar el desarrollo del diseño mientras que las restantes, brindarán apoyo a ese proyecto, es decir, si fuera una escuela tradicional, al semestre tendría tantos proyectos como asignaturas existan, sobrecargando a los alumnos y generando en éstos la sensación que no se relacionan entre sí. En la escuela de Diseño y Empresa esos 7 proyectos se concentran en 1 solo. Si se diseña una bicicleta, en dibujo técnico tendremos que apoyarlos de modo de satisfacer la demanda acerca de la presentación de planimetría y de carpeta de producto conforme se hace en una fábrica de bicicletas, por ejemplo. El ramo de dibujo para diseñadores estará enfocado en la representación de vehículos y física aplicada estará en lo que es la estructura de tubos de acero, soldaduras o cosas por el estilo. Modelamiento 3D debería estar encargado de enseñar a modelar en base a estos vehículos y obtener render dignos de ser presentados a la plana ejecutiva de cualquier empresa... Bueno, en teoría, pero me imagino que así me hubiese encantado haber aprendido a diseñar.
Veremos cómo se van ajustando las piezas para lograr un buen final y demostrar con resultados tangibles la posibilidad de darle un giro a la forma en que se enseña diseño, enfrentando las problemáticas reales de la capacidad productiva, de costos, e incluso estar preocupados por el bienestar de todos y cada uno de nuestros alumnos, asistiéndolos si su rendimiento baja en algún ramo y haciéndoles ver que la formación de un buen profesional no se basa en la inyección de contenidos, sino que es parte primordial la 'humanización' en la relación con jóvenes que depositan su confianza en profesionales para que lo conduzcan con seguridad al ambiente laboral de los próximos años.
Creo que estoy más impaciente que nervioso y me gusta sentir eso.
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