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Paisajes hermosos

Estaba haciendo una recopilación de los lugares que he conocido en estos últimos años, especialmente en vacaciones y se me ocurrió la brillante idea de comentar sobre cierto patrón que se repite en este aspecto de mi vida como 'adulto-joven'.

Hay varias formas de tomar este tema, por ejemplo, el medioambiental y las críticas al respecto que podría elevar debido a las malas prácticas de los turistas en todos y cada uno de los lugares visitados. La única forma de no encontrar algo de desperdicios es impidiendo el acceso del humano, o bien, llegando más arriba, más lejos o más profundo que el resto. Ahora bien, como esas capacidades están reservadas a quienes se preparan deportivamente más que para el veraneante sedentario deberé resignarme a seguir viendo cómo se deteriora el paisaje año tras año.
Pero bueno, como mi análisis no va en esa dirección propiamente tal, continuaré hacia el meollo del asunto, o sea, el `patrón' que se repite en mis incursiones turísticas.

El hecho de haber vacacionado ininterrumpidamente desde el verano del 2007 hasta la fecha tiene que ver mucho con mi admiración por las bellezas naturales, el cariño que le tengo a mi país y sus encantos dados por la geografía exquisita y tan variada y las ganas de estar en contacto con sensaciones que me acerquen a lo primitivo de algún modo. Alejarme de lo 'civilizado' es una de mis mayores aspiraciones y es ahí donde me veo en el futuro... sin auto, sin aparatos electrónicos, sin consumo desmesurado de energía e interviniendo de la manera más tenue los procesos naturales... pero eso ya es otro tema, jeje.

Tenerle cariño y querer estar en contacto con lo natural es una cosa, pero moverme hacia ello ha sido mi conflicto, y seguiría así de no ser por los empujones que me han ayudado a vencer la comodidad, y es en este punto donde encuentro finalmente el patrón, es decir, las personas que me han ayudado a dar pasos para conseguir estas cosas.

Ahora tengo la libertad de escribir estas cosas sin sentir que estoy comparando, sino que quiero reconocer toda la importancia que han tenido en mi vida. Yo soy un tipo que tiene capacidades como cualquier otro individuo, ni más ni menos inteligente y que me esmero en sacarle partido a mis aptitudes nada más; pero muy pasivo y altamente cauteloso, y es ahí donde sentí el gran empujón, y siento que a ninguna le hice patente este hecho ni le reconocí todo el valor que significaron para mí.

A Marcela le agradezco toda su fuerza y empeño en nuestra aventura empresarial, y todo lo que fuimos aprendiendo en el camino a puro golpe y porrazo. A su incansable voluntad y apoyo, además de su capacidad para 'tirarse a la piscina', de tener la iniciativa que siempre me fue esquiva.
Con ella realicé mi primer viaje a una gran distancia de Santiago para conocer las tierras de sus familiares y le estoy sumamente agradecido por haberme otorgado tanta confianza y presentarme a la gente a la cual ella le tiene tanto cariño.
'Trupán es su pueblo' y hay unas fotos en el link más abajo. Fui en la época antes de la cosecha por lo que todo el campo estaba verde y lleno de vida. Lagunas, montes, bosque, un río, ufff, de todo concentrado en unas cuantas bellísimas hectáreas :)

Alondra fue mi motor de partida en mis siguientes incursiones. Comprendí con ella que los objetivos son alcanzables. Esto que suena tan sencillo para algunos no lo era para mí. ¿Viajar a Argentina? ¿Yo? Nooooooo, jaja, hasta que fui y fue lo más normal del mundo. ¿Ir de camping lejos de Santiago? ¿Pero cómo? Noooooo... jeje, y llegamos a 7 Tazas, Chiloé, a las playas de la 4º región, en 3 años consecutivos.
O sea, se fija el objetivo, se resuelven los medios y se hace. Así de sencillo, y este año lo puse en práctica en mis dos viajes a Coquimbo y todo resultó de lo más tranquilo y natural.
Resolver problemas de alimentación ya no es problema para mí porque tuve clases de cocina con alimentos naturales y realizando mezclas muy sabrozas, descubriendo sabores y olores gracias a su influencia. Y lo puse en práctica con mis amigas con las que viajé a Llolleo a las cuales sorprendí con algunos truquillos culinarios y bebestibles también, jaja.

Ahora no cuento con su influencia directa, pero reconozco que dejó en mí una huella muy profunda y que me ha ayudado a crecer y contar con un grado de autosuficiencia mucho mayor que antes de conocerla. El cariño que nos tuvimos fue también una gran fuente de descubrimiento y aún tengo una valiosa referencia en ese sentido y es lo que debe quedar entre las personas aún cuando los quiebres dejen marcas algo dolorosas. En este momento, por primera vez asumo ese dolor y lo dejo por escrito, pero me atrevo a hacerlo porque es más bello hacer memoria, revisar las fotografías de los paseos y hacer presentes tantos momentos lindos que van haciendo que el dolor desaparezca poco a poco.
También da para pensar en las siguientes relaciones, para que de cada una de ellas sea posible advertir los momentos tontos en que se empieza a erosionar lo que se va construyendo con tanto trabajo; momentos en los cuales los paisajes hermosos (no solamente lo que se ve en las fotos, sino que están incluso entre 4 paredes y hasta en el Transantiago) van quedando relegados a un segundo plano en vez de ser disfrutados plenamente en pareja.

Creo que dejé la coraza hundiéndose por ahí en algún riachuelo esta vez, jeje :D

Radal 7 Tazas
Palermo
Chiloé
Los Molles
Isla Damas
Trupán

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