Ya luego de algunos años haciendo ayudantías de geometría he podido ir asimilando los contenidos más allá de su aplicación en productos académicos o industriales. He podido ir complementando mi campo de conocimiento al relacionar estas bellas formas matemáticas con la vida cotidiana, ya sea por los caprichos de la naturaleza como por la conducta humana.
Por ejemplo, una elipse representa la trayectoria de los cometas o algunos planetas alrededor del sol, coincidiendo uno de los focos de la elipse con la ubicación de nuestro astro rey.
Una parábola nos orienta acerca del estudio del lanzamiento de proyectiles o la concentración de luz y calor. El círculo no merece más detalles ya que es parte integral de nuestro desarrollo. El único elemento en el que no me he detenido corresponde a la hipérbola y que representa la expansión de nuestro Universo.
Las relaciones sentimentales tienen mucho de estas asociaciones con el cono y sus secciones, ya que al pensar en el cono como un todo que nos representa como humanos, al igual que un análisis transversal, podemos ser vistos de tantas maneras como ángulos se empleen. Lo mismo sucede al estar en pareja al formar una unión.
Por ejemplo, la circunferencia, en la que existe un centro y un perímetro siempre constante. ¿Acaso no hemos pasado por situaciones en que uno de los dos pasa a convertirse en el centro de la relación y todo lo que le rodea está en función de ese centro? Es una tediosa regularidad en la que el elemento central es estático y los que se alejan de este centro llevan la tarea de hacer que la relación se mueva, lo que implica muchas veces que el elemento perimetral se desligue de su propio centro.
Incluso cuando el radio es gigante y se piensa que la relación ha muerto, sigue existiendo un vínculo motivado por la fuerza del centro.
Qué decir sobre la elipse. El cometa Halley se acerca al sol cada cierto tiempo para luego volver a alejarse y repetir el ciclo con regularidad.
También encontramos similitudes con la vida sentimental, cuando las parejas pueden estar juntas por un tiempo, aferrados a una fuerza indescriptible y que alimenta los más bello de la humanidad, pero que inexplicablemente empieza a decaer y la pareja se empieza a distanciar poco a poco con las consecuencias obvias: se enfría la superficie y luego el núcleo. Sin embargo, al estar tan distanciados, la fuerza del cometa es menor a la que ejerce el sol y comienza nuevamente a acercarse hasta el punto de fusionarse nuevamente en su campo gravitacional y alimenta la relación incluso con más fuerza que antes.
Esto ha sido una introducción nada más a un tema que podría llegar a tener muchas más aristas, sobre todo si se mezclan otros aspectos, pero a modo de post en un blog es perfectamente ad-hoc, creo yo...
Bueno, ya llevo dos comparaciones con las secciones cónicas, y las otras dos las dejaré para un siguiente post.
2 comentarios:
hola interesante tu aporte y se ve que llevas años en esto... te felicito lindo aporte y didáctico. Me sirve para tratar de ampliar mas los conocimientos en cónicas que es un tema que solo sé las fórmulas...
Creo que ahora puedo reflexionar sobre las relaciones parabólicas.
Al existir un foco y una trayectoria que se aleja hasta el infinito, pero que siempre tiene un vínculo ligado al foco.
Mientras más pienso que la relación se acabó y que pude olvidar el pasado, puedo sentir que soy la trayectoria que se escapa de su foco, pero éste aún acapara cierta fuerza que impide desligarme por completo de su efecto. Me faltaba pasar por un largo período desde la separación de mi ex para comprender este fenómeno 'parabólico', y se ajusta perfectamente en este momento de mi vida en el que puedo hacer esta analogía :)
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